



El calor y la rutina de la capital fueron el incentivo para buscar un poco de distraccion sana y romper con la monotonia, asi que con camara en mano y mi familia tome rumbo a Catarina, como siempre la altura del lugar ofrece un ambiente fresco a pesar del sol de enero, sus calles llenas de viveros con todo tipo de plantas y flores, hacen un contraste perfecto con las tambien abundantes tiendas de artesanias con toda una gama de obras de nuestros artistas del barro, la madera y la escultura. Bellezas naturales y bellezas artificiales.
Y al final del recorrido, la maravillosa vista de la laguna de Apoyo, rematada por el Gran Lago de Nicaragua y la ciudad de Granada y el majestuoso volcan Mombacho, un lugar que varias veces he visitado, pero nunca deja de admirarme. Carlos Malespin.